El Champagne es el vino de las celebraciones a nivel mundial, ningún otro vino o licor está tan unido al júbilo y a las fiestas, y es sin duda, sinónimo de festejo, alegría y celebración.
El Champagne (Champán o Champaña) es un vino espumoso producido por la inducción de una segunda fermentación en botella. Su nombre es adoptado por la región francesa donde se produce. Aunque el término Champagne, es usado en muchos vinos espumosos, sólo el Champagne, de la región del mismo nombre, al noreste de Francia, tiene el derecho a hacerlo, de acuerdo a un sin número de legislaciones, que sobre denominaciones de origen de los vinos, están vigentes alrededor del mundo.
HISTORIA
La zona de Champagne tiene una rica historia, era una encrucijada de caminos de la Europa del norte, que unían Paris, el Canal Inglés, el Mediterráneo y Alemania del oeste. Esto la convirtió en el blanco de muchos eventos dramáticos que llevaron a la destrucción de la ciudad de Reims, en siete oportunidades y la de Epernay, no menos de veinticinco. Pero por otra parte, era una zona perfecta para el comercio, lo que expuso al Champagne a un comercio muy activo en zonas muy lejanas del mundo. La zona también ganó notoriedad cuando en el año 987, la catedral de Reims fue escogida para coronar a los reyes de Francia.
Antes de 1.600 no había Champagne, como hoy lo conocemos, sólo había vinos tranquilos. Entonces el clima frío y un Monje Benedictino, influirían de manera decisiva en lo que a la postre sería el mas reconocido de los vinos, a nivel mundial.
Pierre Pérignon, en 1.688 fue nombrado tesorero de la Abadía de Hautvillers, cerca de Epernay, y entre las responsabilidades de Dom Pérignon estaban la elaboración del vino y el manejo de la cava.
El clima frío de la zona obligaba a una cosecha tardía de las uvas, para dar mas.
Para Dom Pérignon y sus contemporáneos, en un inicio, un vino espumoso no era el resultado deseado, de hecho, era signo de un vino de poca calidad, y a la fecha no sabían porque se producía este fenómeno. No fue poco, lo que trató el monje para evitar que esto sucediera, sin embargo, en el curso de los 47 años que pasó al frente de la tesorería de la Abadía, el gusto por estos vinos fue cambiando, debido principalmente, a la preferencia de la Realeza Francesa y Británica, y el Monje tuvo la oportunidad de perfeccionar el arte de la mezcla de los vinos base y la técnica de producción, ahora si, deseada, de vinos espumosos. A la par introdujo el uso de botellas mas resistentes, en este caso de procedencia Inglesa, Así como la utilización de corchos provenientes de España, en lugar de los usuales tapones de madera.
A Dom Perignon se le atribuye la frase, relativa el Champagne, que reza, “Es como tomarse las estrella”.
No todo lo que brilla es oro, así mismo, no todo lo que burbujea es Champagne. Para que un vino espumoso tenga el honor de llamarse Champagne, tienen que reunirse una serie de requisitos imprescindibles, el mas importante se refiere a la zona de producción de las uvas a ser utilizadas para la elaboración del mismo, y esta zona, como ya habrá adelantado es la zona de CHAMPAGNE, en Francia.
Además existen una serie de técnicas de producción, que tienen que ser respetadas y que buscan garantizar la calidad del Champagne, entre otras, la cosecha de las uvas se debe realizar a mano, para evitar que se dañes los hollejos de las uvas; Se utilizan 160 kg de uvas para obtener un hectolitro de mosto, esto se hace a través de prensas verticales, que procesan 4000 kg de uvas que producen 2666 litros de mosto, de los cuales los primeros 2050 reciben el nombre de “Cuvée”, los siguientes 410 litros “Premiere taille” y los últimos 105 litros reciben el nombre de “deuxieme taille”. Estos últimos mostos se usan para marcas de 2da categoría. Los vinos tranquilos que se usarán como base para el Champagne, se añeja por al menos seis meses.
La elaboración del Champagne incluye de manera exclusiva vinos elaborados, con al menos una de los tres tipos de uva que a continuación se describen, dos son uvas negras, la primera, La Pinot Meunier, que aporta suavidad, redondez y bouquet, la segunda, La Pinot Noir, que contribuye dando estructura y la longevidad, y una uva blanca, que es el Chardonay, que agrega brillo y elegancia, a la mezcla.
Por su color encontramos dos tipos de Champagne, Blanco o tradicional, y Rosado.
Por el año de producción del vino base, dos tipos, Cuvée que se compone de varias añadas y “Millésimé” o “Vintage” si son vinos de una sola añada.
En cuanto a lo dulce que puede ser un champagne, este se clasifica y se indica en la etiqueta de acuerdo a la cantidad de azúcar residual de acuerdo a lo siguiente:
Extra Brut, Nature o Brut Sauvage: Totalmente seco menos de 6 gr
Brut : Seco entre 6 Y15 gr
Extra dry o Extra Sec: Medianamente seco entre 12 gr a 20 gr
Sec, Un poco dulce entre 17 gr y 35 gr
Demi-sec : Dulce entre 33 gr a 50 gr
Doux: Muy dulce más de 50 gr
La región de Champagne está situada al noreste de Francia cerca de la frontera con Bélgica y a 90 millas al este de París. Dividida en cuatro grandes áreas, Las Montañas de Reims, Cote des Blancs, el Valle del Río Marne y Aube. Siendo las dos primeras las que poseen los viñedos de mejor calidad. Son terrenos principalmente calcáreos, que actúan como reguladores naturales de humedad y temperatura. El clima es normalmente frío, con un promedio por poco superior a los 10 grados, lo que hace difícil la maduración de las uvas.
El Champagne, al igual que los espumosos en general, es uno de los vinos más versátiles, acompaña casi todo, va muy bien con pescados y mariscos, es el maridaje clásico del caviar, va de la mano aves de cualquier tipo, se acomoda mejor a salsas suaves, pero puede acompañar algunas fuertes, y con los postres ni hablar, en especial el “Demisec”, es perfecto con casi todos los dulces, incluso el chocolate, va de maravilla con las frutas, y es especialmente compañero de las fresas.
Jacques Bollinger murió en 1941 y su esposa Lilly tomó el negocio y lo condujo a través de los difíciles años de la ocupación Alemana de Francia. La empresa prosperó durante su administración, la cual llevó hasta su muerte en 1977. En 1961 fue
Madame Bollinger nos decía con esta hermosa anécdota, que el Champagne es una bebida para toda ocasión, y estaba en lo cierto.
Moet Chandon y su famosísimo Dom Pérignon, Veuve Clicquot y su exuberante Grande Dame, Louis Roederer con su famosa Cristal, Bollinger y su Grande Année, son algunos de los productores mas afamados y sus marcas insignia. Sin menospreciar fabricantes como, Mumm, Laurent-Perrier, Pommery, Lanson, Vranken, Pol Roger, Taittinger, Ruinart, Krug, y muchos más.
El Champagne esta listo para su consumo al salir a la venta, por lo que se recomienda su consumo inmediato, sin embargo podría ser almacenada en condiciones ideales por algunos años. El problema de guardar el Champagne, es que a menos que sea un “Vintage” o “Millésimé”, no sabemos la fecha de elaboración, por lo que podríamos esperar mucho y encontrarnos con la desagradable sorpresa de que esté dañada.
Si decide guardarla, debe colocarla en posición horizontal, como la mayoría de los vinos, para que el corcho no pierda humedad y pudiese dejar salir la presión. Hay quien sostiene que se pueden guardar de pie, y esto tiene sentido ya que como se dijo, su mejor momento de tomar es al salir al mercado, así que si la guardaremos por poco tiempo, no importa que sea de pie. Por otra parte al almacenarla, esta debe estar fuera del alcance de la luz directa y a una temperatura constante, de entre 10 y 15 grados, sin cambios bruscos.
El ambiente debe tener una humedad relativa de media a alta, estar libre de olores fuertes y de vibraciones provenientes de motores, etc.
La temperatura de servicio debe estar, entre 6 y 9 grados, personalmente lo prefiero a
Para escoger el color, nuestro criterio de selección debe girar en torno a nuestro estado de ánimo, si nos sentimos románticos, definitivamente un rosé nos acompañará mejor.
La selección respecto al dulzor, va definitivamente de la mano de la comida que acompañará, para comidas saladas, los Brut, destacan mejor las sensaciones gustativas, para postres y dulces, los Demisec, realzarán nuestra experiencia sensorial.
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